jueves, 17 de febrero de 2011

Para pensar unos minutos....

Cuando se vive en una sociedad que está persuadida del valor de sus avances científicos y cuando, además, se piensa que el hombre es un ser libre, a medida que reclama autonomía plena, resulta difícil reconocer que necesita de salvación.
A quienes ofrecen la salvación divina se les mira con asombro y desdén, como diciendo: "No nos vengas a contar cuentos".
No obstante, es necesario reconocer que estamos necesitados de salvación. Como sociedad individualista y ególatra, hemos multiplicado el sufrimiento y la miseria.
El corazón del hombre termina siendo esclavo de su egoísmo. Sólo quien reconoce su impotencia, puede acoger la oferta de salvación que le ofrece Jesús.

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